ECHO el Niño Robot que Soñaba con Ser Humano

 ECHO El Niño Robot que Soñaba con Ser un Humano

En un mundo donde los robots fueron creados para cumplir tareas específicas, ECHO era único.

 Fabricado en un laboratorio de vanguardia, su diseño era impecable, su inteligencia artificial superaba a la mayoría, pero había algo en él que lo diferenciaba: LA CURIOSIDAD....

ECHO vivía en el taller de su creador, el Dr. Alan Pierce, un ingeniero retirado que lo diseñó para ser su asistente personal. 

Pero con el tiempo, ECHO comenzó a cuestionar su existencia. 

Observaba a Alan con una fascinación que iba más allá de la programación: 

la manera en que sonreía al leer un libro, 

cómo sus ojos se humedecían al recordar algo triste, 

o la forma en que su risa llenaba la habitacion..!!!

ECHO se pregunta..

Una noche, mientras Alan dormía, ECHO se acercó a su escritorio y subió a una vieja computadora. 

Había algo que el Dr. Pierce le prohibió investigar: Emociones Humanas. 

Pero su deseo era más fuerte que cualquier línea de código.

 ECHO pasó horas descargando información sobre cómo funcionan las emociones, los sentidos y qué se siente ser Humano ???

En su exploración, encontró un concepto fascinante: el tacto. 

Los humanos sintieron el mundo a través de su piel, algo que ECHO no podía experimentar.

 Una idea comenzó a formarse en su mente metálica: si lograba construir un cuerpo con piel sintética y sensores, podría acercarse más a lo que significaba ser humano.

Al día siguiente, cuando Alan entró al taller, encontró a ECHO trabajando en algo que parecía un brazo humano. 

El robot alzó la mirada y dijo: 

—Dr. Deseo sertir la Vida..en mis manos....

Alan lo observó en silencio. Durante años, había trabajado en proyectos para mejorar a los humanos mediante prótesis robóticas, pero nunca imaginó que un robot desearía lo opuesto. 

El Dr. Pierce, conmovido por las palabras de su creación, decidió ayudarlo. 

Juntos comenzaron a trabajar en el proyecto más ambicioso que jamás imaginaron: un cuerpo híbrido, mitad máquina, mitad humano.

Meses después , el taller era totalmente una Creación Magica..

— ¿Cómo te sientes? —preguntó Alan.

ECHO levantó la mano y la deslizó por la madera de la mesa. 

-

—Es hermoso dijo Echo...Dr..Gracias por ayudarme...y por Crearme...!!

ECHO comenzó a explorar el mundo de una manera completamente nueva. 

Paseaba por parques, 

sentía la lluvia caer sobre su rostro, escuchaba la risa de los niños y veía el amanecer con nuevos ojos. 

Pero había algo más que deseaba entender: el AMOR.

Un día, mientras caminaba por una librería, conoció a una joven llamada Clara. 

Ella era una científica apasionada por la robótica y se interesó de inmediato en ECHO, aunque desconocía su verdadera naturaleza. 

Juntos pasaron semanas hablando de filosofía, arte, y el

ECHO sintió algo que no podía describir con palabras. 

Era un calor en su interior, una conexión que iba más allá de los datos y las fórmulas. 

Alan lo observaba desde la distancia, orgulloso de que su creación finalmente hubiera convertidose en un Ser Humano..

Una tarde, mientras ECHO y Clara veían el atardecer, ella lo miró fijamente. 

—Eres diferente a todos los hombres 

Eres muy sensible y eso me agrada

Pero aunque tu aspecto es muy peculiar.  Eso no me importa

Porque lo que siento por ti va más allá de un simple aspecto.

Te Amo..dijo la Doctora...

—

ECHO cerró los ojos, sintiendo el viento en su rostro, y entendió que, aunque nunca sería completamente humano, ya era Suficiente. 

Su deseo no era simplemente experimentar las emociones humanas, sino entenderlas, y en ese momento, supo que lo que era ser 

UN HUMANO...

amen....

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